lunes, 25 de noviembre de 2013

¿Miguel Strogoff o el hijo de Lindbergh?



Siempre me ha incomodado mucho ese dicho: “Más perdido que el hijo de Lindbergh”, que se emplea –según mi criterio, equivocadamente- para manifestar a modo de chiste (que creo lo peor del asunto, pero lo atribuyo a ignorancia) que uno está perdido o distraído. Digo equivocadamente, principalmente, por la tragedia que esa frase encierra y que escuché hace muchos años, por primera vez, relatada por el periodista Oscar Yanes en “Así Son Las Cosas”. He aquí brevemente la historia de la expresión:


El niño pequeño del famoso aviador y explorador estadounidense Charles Lindbergh –que llevaba mismo nombre-, quien tenía poco más de año y medio de edad, fue secuestrado en circunstancias hasta ahora sospechosas a principios de 1932 y su cadáver fue encontrado 20 semanas más tarde, en un paraje a unos pocos kilómetros de distancia de la casa de la familia Lindbergh en Nueva Jersey. El caso del hijo de Lindbergh fue en su día calificado como "El crimen del Siglo" por la prensa estadounidense.

Miguel Strogoff, por Aguilar Sutil

En cambio, otros (como el animador Don Francisco) prefieren decir frases similares y más ligeras como “Más perdido que Miguel Strogoff”, en alusión al aventurado cartero del Zar de una de las tantas historias creadas por el francés Julio Verne (al menos el correo del Zar no murió).
De modo que la próxima vez que alguien me salga con esa burla cruel mas ignorante que intenta ser un chiste, le contestaré: “Mire, señor (señora): por si usted no lo sabe, el hijo de Lindbergh desapareció porque fue secuestrado y asesinado, y eso fue hace más de 80 años, así que eso que me acaba de decir no aplica para decir que estoy distraída”. O sea, le acepto que me diga que estoy “ida”, despistada, “en Babia” o “más perdida que Miguel Strogoff” inclusive. Pero, con la cantidad de secuestros que hay en nuestro país… ¿Yo, perdida como el hijo de Lindbergh? ¡Que Dios me proteja!

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