Necesito escoger mi destino en la vida y al mismo tiempo salir de una situación que amenaza mi integridad. Aun teniendo tantas opciones, aún no sé cuál camino tomar. Más que en una encrucijada, me siento como en un laberinto. Me voy despojando de todo lo que puedo sacándole algún beneficio, con el fin de aligerar el camino que deba emprender, a medida que voy explorando horizontes nuevos y lugares para escoger en donde pueda establecerme permanentemente. Con todo, para una persona con mi condición es muy agotador y frustrante tener que luchar por encontrar un trabajo, una fuente de ingreso, un espacio en esta vida y obtener muy poca retribución por ello. Además, para mí es muy terrible tener que pelear –literalmente- por el respeto de mi propia familia y darme cuenta de que nadie de mi entorno más cercano me apoya lo suficiente, de que el esfuerzo que hago por ser alguien en la vida no vale nada para ellos. Es una paradoja que se ha vuelto una constante en mi vida y que lucho por eliminar: que precisamente quienes se encuentran más cerca de ti son a quienes sientes más lejos y que los que más te apoyan son los que más están a kilómetros de distancia de ti.
A mis hermanos y a mi padre los quiero mucho y
yo sé que ellos a mí, pero yo no siento la misma necesidad de estar ciego a
ciertos problemas como, por ejemplo, la basura en el jardín o en el patio
habiendo tantos sitios para depositarla, los pollos y gallinas que, a falta de
corral, deambulan libremente por la casa y dañan las matas que he sembrado (por
si fuera poco, siempre me ha desagradado el canto de los gallos); los problemas
cada vez mayores entre hermanos, los requerimientos particulares para atender
mi condición, la falta de privacidad en casa, etc.
Últimamente me cuestiono cuáles son los
valores que realmente he adquirido de mis padres (este será ampliado como tema
de reflexión para otro post). Lo que sí tengo verdaderamente claro al respecto
es que en algunas personas de mi familia veo, más que nada, antivalores tales
como la arrogancia, el impulso de avasallar y humillar al otro, la
deshonestidad, la hipocresía, mismos que he cuestionado fuertemente y que me
siento obligada a presenciar todos los días en casa mientras doy pequeños pasos
para intentar salir de una situación insostenible dominada por graves fallas
humanas cuya resolución está fuera de mi alcance. Cada vez me importa menos lo
que piense mi familia acerca de mi necesidad de establecerme en otro lugar; una
vez que encuentre un empleo y un lugar seguro en donde anclar, me iré. Siempre
tendré autismo, pero soy adulta y comprendo que no siempre tendré (no siempre
tengo) a mi familia conmigo, por lo que se me hace imprescindible aprender a
cuidarme sola. Tengo autismo, pero no retraso, así que necesito que respeten mi
autosuficiencia; si no me van a apoyar emocionalmente, lo menos que pueden
hacer es respetar las decisiones que yo tome en la vida y evitar
sobreprotegerme. Necesito ser independiente y lucharé por eso.

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